Tullan, ciudad mítica con límites imprecisos en ámbitos históricos y mitológicos. Quetzalcóatl en sus múltiples manifestaciones; como sabio gobernante, hasta ser intemporal, en épocas diversas de la historia y en sitios geográficos variantes, habitó Tullan.

El mito de Tullan, es importante por sus dimensiones históricas como ciudad perdida, y punto de dispersión original de los pueblos y de los hombres. Quetzalcóatl, dios con varios atributos, cuyas representaciones le otorgan una existencia milenaria “la Serpiente emplumada”, habitó y gobernó Tullan desde su creación hasta su desaparición por la llegada de Tezcatlipoca bañando de pulque el sitio. Tullan, donde se cosechaban calabazas de una braza en redondo; las mazorcas de maíz eran tan grandes que tenían que cargarse abrazadas, los hombres podían trepar a las matas de bledos como a ramas de árboles; lo más sorprendente y se daba en abundancia, y por lo que se conocía la gran Tullan, fue el crecimiento de algodones que era sincesar, teñidos de todos los colores, surgiendo el arte y los artistas.

Su gobernante Quetzalcóatl era virtuoso y dueño de inmensas riquezas en colores. Por morada poseía cuatro palacios: el de oriente recubierto de oro, el del sur recubierto de plata y concha, y el del norte recubierto de piedras rojas, jaspe y conchas. En ellos se adivinaron los cuatro pilares cósmicos que lucían de colores específicos en los rumbos del universo. En la Tullan mítica, donde se creaba a los hombres, donde nacían los artistas, se hablaba una sola lengua; Quetzalcóatl en su representación dual, de Serpiente emplumada, gobernó sobre la tierra en el tiempo de la creación y de los colores. Al salir de Tullan los hombres y los artistas se segmentaron en diversos pueblos del mundo, distribuyéndose por el universo el lenguaje de los colores.